Andrea y Malicia, vincular




RELACION VINCULAR I

Encuentro de diálogo I con María Alicia

Conversamos con una lejana frecuencia fresca con Malicia pro el sistema skype, nos escuchamos, nos preguntamos, nos escuchamos tan cerca desde tan lejos geográficamente. Esta vez el encuentro del dialogo sostiene el sentir de Malicia, me cuenta de sus estados de ánimo, de sus proyectos, la escucho, la contemplo en la amistad sincera, sé de sus palabras, las conozco, me re-conozco en cada una de ella, como un mágico espejo de verdades, contengo sus pulsos que la mantienen  alerta a la conversación, hasta que se detiene diciéndome, “ya estoy hablando de mi” con inmensa alegría recibo sus palabras, tan reveladoras, tan mías también, palabras amigas que juegan a contemplarse, contenerse. Le cuento sobre mi búsqueda del diálogo vincular, propone trabajarlo-jugarlo juntas, me quedo encantada con su propuesta de escucharnos, comprendernos, reírnos también, mucho. Una inteligencia femenina fluye en cada duda, en cada certeza de las respuestas, las pausas de Malicia en milímetros de distancia, piensa-suspira, estamos comunicándonos. Bendita red electrónica.
Propongo un orden, ordenar lo que no ordenamos, proponemos los encuentros, escribir estas mágicas conversaciones, ella tiene tareas, debe buscar encontrar espacios que le propongo para  la Cony, “la tiendita mágica”,  yo propongo terminar de ordenar mi libro de poesía…nos reímos antes de despedirnos, estamos ahí, tan claras de la dureza y dulzura de la vida, de la fortaleza  del diálogo, de la amistad, tan en sincera palabra alargada como corsaria segura, que planta su mirada en el horizonte de cristal. 

Andrea

Respuesta de Malicia

Te veo con esa gigantesca sonrisa que ocupa los cientos de miles de kilómetros que nos separan. A veces no puedo siquiera imaginar cómo se construye tanto coraje en ti. Te imagino caminando entre misiles con tu cabello lleno de flores, te imagino girando las esquinas grises y abriendo arcoiris a cada paso.
Y aquí estás, frente a mi no sé cómo. Por más que le doy vueltas a esto de la tecnología no me convenzo. No es cierto la tecnología, es el milagro, la magia, el misterio. Es una delgada línea del sueño la que lleva tus palabras y tu alma, es en verdad el hada de los sueños abriendo las distancias y acertando en esta pantalla de luz.
Te hablo, te hablo, más de la cuenta te hablo, de mis miedos, de mis iras, y tú escuchas atenta, con todos los sentidos. Mientras intercambiamos rutinas, paisajes, en verdad sigo pensando cómo lo haces para reinventarte cada día. Te digo que me asombra cómo re-construiste el teatro de muñecos, ese mismo que te robaron hace algunos meses. Te vi huérfana, despojada, sentada en la cuneta con las manos vacías. Compartí tu angustia del vacío. Y luego, cada día, tus fotos iban armando un nuevo elenco de madera sagrada; el Polo era Gepeto dando nuevos hijos al mundo, y tú a su lado inflando el alma de los niños nuevos. Y el Santi con Alma se vestían con tus flores, tus cintillos, tu sonrisa. Te confieso que me preguntaba cómo lo hacías para darles tantos milagros, para recorrer junto a ellos las calles, los mares, el cielo; para juntarlos en la cocina hasta convertir la sal en oro. Y necesariamente miraba a los míos recorrer el pasillo gris de un departamento de un país de paz, los miraba guardados en mi soledad.
Y busco en ti mi fuerza, te recorro por si la encuentro, te sigo en las manos, en tu temple, y veo la niña tuya haciéndose a diario nueva, martillando, dibujando, llevando al corazón de tus hijos el aliento de tu coraje y creatividad.
Y voy en busca de miles de explicaciones, alguna que argumente el miedo que me inmoviliza a veces y es ahí donde, gracias a la generosidad de tu amistad, descubro que somos escribiendo las historias que nos pertenecen, con la historia que nos hizo. Entonces me perdono. Pero algo ha quedado: la esperanza de restaurarse a diario. Intento aprender de las palabras tuyas, el ejemplo de los amigos que nos devuelven a la vida y sé que en algún momento levantaré la tiendita mágica en medio de mi alma, para enseñarles a los míos cómo después de la poesía se construye un castillo de libertad.
Yo propongo, desde mi más sincera certeza, hacer el vínculo semanalmente. Entonces la vida me toma del brazo y me lleva por años a debatirme entre ella y la muerte, hasta que recibo tus palabras sobre esta página en blanco, y heme aquí volviendo a la tiendita mágica que descansa al interior de nosotras mismas. Bendita lucidez del misterio. Bendita certeza de amistad.

Malicia
_________________________________________________



Para Malicia
Pienso estos días, en qué parte de mi cuerpo duerme la fortaleza que proyecto, y vuelvo a retomar asanas de yoga, a poner atención al agua que tomo en el día para estar más despierta y consciente conmigo misma, y descifrar las partes que son nuestros motores, darles forma y nombre, reconocerlas. Camino por mi extenso departamento muy simple y lindo decorado con muebles de la calle y regalados, como hacemos la mayoría de los inmigrantes, pienso y vivencio lo cómodo de nuestro hogar y lo agradecido que estamos, muy conscientes del tesoro que tenemos . Vuelvo en mí y registro mentalmente mi universo Andrea, y definitivamente me pierdo, sin no eso sí, quedarme con la certeza de una inmensa maduración y auto-contención. 
Pienso en ti, buscando formas de alinearte~amistarte con tu ser y te descubro clara, apurada, segura, materna, cósmica, real...estás en piel y vida buscando en la inmensa conexión del cosmos, estás tan apurada como el conejo de Alicia y llevas acuesta toda la creatividad y sutileza de la neo~mujer...abrazandote, andrea

Andrea Markovits

Respuesta de Malicia

Linda.
Es cierto, hoy soy más conejo que Alicia, aunque ella aparece desdoblándose de él por momentos; las orejas se achican y caen los cabellos desteñidos sobre los hombros de ella, el pelaje blanco da paso a una piel que ya va muriendo. Las patitas apuradas son calcetas blancas guardadas en zapatos rojos (propios de Alicia). Y entonces es ella en plenitud y con ojos asustados intentando arrancar de la reina de corazones. Esta Alicia es más cobarde que la otra.
Y en medio de su cobardía hoy se pregunta si tanta exigencia, tanta carencia, tanta urgencia son en sí mismas los problemas, o en verdad constituyen las circunstancias que nos empujan al agujero negro.
Entonces aquí estoy hablándote incoherencia porque no tengo cabeza. Anda ella en medio del cielo buscando agujeros de luz del paraíso.
Mi querida amiga, es tan relativa esta vida, como este texto absurdo que comparto contigo sabiendo que lo entiendes a medias, porque me canso de seguir dándole vueltas a algo tan triste y vergonzoso que he fabricado.
gracias por atenderme 

_________________________________________________________

Parto esta respuesta - amistad citándote: "Mi querida amiga, es tan relativa esta vida, como este texto absurdo que comparto contigo sabiendo que lo entiendes a medias, porque me canso de seguir dándole vueltas a algo tan triste y vergonzoso que he fabricado. gracias por atenderme "...y pienso en la espesura, en la textura de tus emociones, en como se debió diluir el día en un devenir de las monedas de oro…pienso en el cuento de ricitos de oro, que termina “ocupando” un espacio – dimensión que no le correspondía, pero que a la vez sí le correspondía. Creo que esa Alicia cobarde que llamas, no es más que la silueta del viento, tu espíritu, tu poética convergen con los fundamento de las corsarias modernas, las madres  que traen luz, que vomitan el pasado para traer la paz…tus ojos convertidos  en palabras llegan hasta aquí ahogadas de una impresionante creatividad, diamantes de sueños, luchas con la forma, con las paredes y los no-espacios. Creo que la vergüenza únicamente se sienta en el asiento que ocupaba Rosa Parker el día que un ciudadano blanco, la delató por no  ceder el asiento a otro pasajero blanco, siendo ella de color…yo creo que cuando, amiga, que cuando sentimos pudor  o vergüenza, son los pájaros de nuestras aladas, pasadas genealogías quienes se cuelan con palabras o formas que no queremos... no sé si yo también juegue con una inexactitud ante tus planeamientos, pero creo tener la certeza re-entenderte, de abrazar tu molestia, tu vergüenza…tus angustias que son gotitas de agua dentro de una tacita de te caliente…son gotitas Mali, pequeñas gotitas de molestia…que sacuden los pensamientos en los extremos de las paredes para demostrarnos cuán aquí estamos, cuán pendientes de la locura y el amor, cuan atentos al rocío y el anochecer…estamos tan aquí, que a veces la extrema presencia de nuestra presencia nos hace perdernos…regresa a la tiendita mágica…sólo ahí están las respuestas…más cerca de la tasa de té con gotitas, que del río de la distancia, inmensamente sonriéndote. 
Andrea


Respuesta de Malicia

No respondí a tiempo, llevo meses sin responder a nada. Y te vuelvo a leer y creo que es imposible responder a nada, que hay ciertas tremendas evoluciones que no se pueden asir, que quedan tan lejos de mi humana inexactitud, que es mejor callar y volver a el nido sobre la rama y el viento de Mayo.
Sólo sé que cuando viajo sobre estos ojos que miran entre los espacios, encuentro siempre una imagen que me vuelve a la vida que aquí no está. Es como un milagro de poesía que da sentido al vacío y su extraño deambular por mis horas. Anoche tuve una tremenda jaqueca y casi morí de vómitos. Seguramente un par de neuronas más están hoy siendo veladas en la pieza fría del olvido. A veces creo que tengo demasiadas jaquecas, por eso no logro achuntarle a la llave exacta con su agujero. A veces soy más Alicia que Malicia y los conejos míos están aburridos dormitando sobre un reloj sin cuerda. 
Me cansé, Andrea.

______________________________________________



No hay comentarios:

Publicar un comentario